viernes, 29 de abril de 2011

buscando belleza



Despedida de videoarmsidea:


Desde el silencio ensordecedor, el dolor mudo y la rabia, desde lo amargo pero también desde lo bello, estamos cerca aún en la distancia para despedirnos de Patri junto a vosotrxs. Seguiremos juntxs luchando por ser libres, como ella hizo y el silencio se vuelve gritos y cantos. Abrazos infinitos desde Valencia y Palermo.
 

Patri estará siempre en nuestra actitud critica, combativa y afectiva!



No hay espacio más ancho que el dolor
No hay universo como el de aquel que sangra. 


Pablo Neruda

jueves, 28 de abril de 2011

Traficantes de dolor, dijo Andy

Es de agradecer esta acertada nota del Observatori Critic dels Mitjans sobre el tratramiento mediático de la muerte de Patricia Heras.

Gracias también al periódico Diagonal  por incluir un link al post en el que señalo errores en la información sobre Patri que sacaron el miércoles 27

Los  medios ya sabrán - o no - lo que hacen, pero no hay olvido sin justicia

Despedida patricia heras

Convocamos a quien quiera a la despedida de Patricia Heras a la 

Sala n°20 del Tanatorio de Collserola- DIRECCIÓN y COMO LLEGAR:

http://www.sfbsa.es/Instalacions/Tanatoris/tan.asp?tanatori=Collserola#


La incineración será a las 16:15h. Se puede ir a partir de las 8 de la mañana.

Poneros vuestras más espléndidas galas.

Quisiera aclarar que el encabezado de la noticia (más abajo en negrita) publicada en kaosenlared.net sobre Patricia Heras se equivoca en muchas cosas: Patri no era del movimiento okupa, no era catalana y no fue acusada de dejar a un guardia urbano tetrapléjico. No es necesario ser nada de eso para no soportar la injusticia. A pesar que el grueso de la noticia es correcto y no sigue esos argumentos, el encabezado oscurece los hechos.

Humildemente, pido también respeto en su memoria. Es fundamental informar con la verdad. La injusticia es amiga de la mentira, no la utilizemos. 

EXIGO NO SÓLO JUSTICIA SINO RESPETO.

Una Presa catalana del movimiento okupa se suicida tras su detención y sufrir torturas y agresiones
Patricia Heras había sido condenada por los incidentes de Sant Pere Més Alt donde un miembro de la Guardia Urbana recibió un golpe que le dejó tetrapléjico La chica defendió siempre su inocencia. Amnistía Internacional denunció el caso y las torturas infringidas a los detenidos .

miércoles, 27 de abril de 2011

Patricia Heras

Se suicida una de las presas del caso 4-F en Barcelona


Patri se fue porque no quería seguir soportando el castigo injusto de tener que ir a dormir a la cárcel cada día por un delito que no cometió. Patri se fue porque soportó una presión inimaginable, exactamente desde el 4 de febrero de 2006, día en que fue detenida acusada de una agresión que no cometió. Patri se fue porque fue sometida a un proceso macabro en el que Estado puso todas las armas que conoce para inventar a sus enemigos. Patri se fue porque era hermosa, y no encontró los argumentos para entender la pesadilla a la que fue sometida. Patri se fue porque no encontró más fuerzas para enfrentarse a un sistema que no comprendía, el papá-estado, como decía ella, que la obligó a ir a la cárcel gracias a un proceso judicial que no buscó justicia sino venganza y orden. Patri se fue porque no supo qué más hacer para demostrar su inocencia. La Patri se fue porque quería ser libre, a cualquier precio.

se ha convocado una manifestación mañana a las 19:30 en el forat de la vergonya para expresar la rabia y exigir justicia. a pesar del dolor y la rabia, y justamente por eso, no me siento ahora para hacer un acto público. Ahora estamos en estado de shock, y sólo me siento capaz de enfrentarme al poder del estado en silencio, en un silencio profundo y oscuro

Creo que el EStado nos ha demostrado su poder de la manera más atroz que ha podido: empujando a la Patri al suicidio. No me parece justo para ella volver a caer en las redes de la represión, y temo que eso es posible que ocurra mañana. Quizás me equivoco, ojalá.

personas allegadas haremos un comunicado público, pero esperaremos hasta después de su despedida. El viernes a las 16.30 será la cremación. Publicaré luego la dirección para quien quiera venir. 

aturdida de rabia y dolor, apenas alcanzo a vislumbrar la gravedad de esta situación. He decidido velar Patri en silencio y sin agresión, como ella se merece.

desde luego, esto no va a pasar al olvido. no se trata de esconderse, sino de seguir la tarea inconclusa que llevó a Patri a querer abandonar este mundo: HACER JUSTICIA

martes, 19 de abril de 2011

buenos dias y buenas noches

1
Hubo un tiempo en que escribía un post por día. Incluso dos. Ahora apenas si abro el blog, no sea que me muerda.
Escribir posts es muy diferente a escribir novelas: hay una necesidad de comunicación inmediata, una novedad a comunicar, una urgencia resumible en tres o cuatro párrafos. Aislada como estoy de las novedades y las urgencias (bastante tengo con la sala de urgencias del hospital) escribir en el blog se me antoja deshonesto. Ni qué decir de un twit.
Y no es que no tenga novedades, sino que no se dejan decir en este lenguaje de inmediatez y olvido, de fragmentación y descomposición inmediata. Estos talleres que hago para trabajar el lenguaje me están comiendo el coco de buena manera....Siento que hablar, escribir, leer, tiene más que ver con el ritmo, con una música del tiempo, que con la comunicación de mensajes. Si no, que se lo expliquen a saqueadores del discurso: cualquiera se nombra feminista, revolucionario, anarquista, sin necesidad de serlo. Será entonces cuestión de prestar atención a la manera en que se habla sin dejarse seducir por aquello que se dice.   

2

El miércoles pasado, para celebrar que mis antiguas contratantes (un instituto de investigación que ostenta el adjetivo "feminista") tuvieron que rendirse a la evidencia jurídica de que me habían despedido ilegalmente, decidí regalarme un par de libros (me ha costado años aceptar que el nomadismo puede ser amigo de la bibliomanía). Con la ilusión de estar pronto en sudamérica, me decidí por uno de Ricardo Piglia y una recopilación de cuentos de Roberto Bolaño, "Llamadas telefónicas".
Bolaño me sumergió en su universo durante tres días. Podía dejar de leer por momentos, pero eso no me alejaba de esa música de la vida que tan bien interpreta el chileno: cada uno de sus cuentos son vidas de personas comprimidas en diez, quince páginas. Imagínense vuestras vidas comprimidas en una cadena de sucesos más o menos banales, más o menos extraordinarios, puestos uno tras otro, explicados por un intruso que un día se cruzó en vuestro camino y decidió hacer de ese absurdo único que es una vida una sucesión de acontecimientos ordenados en una página en blanco.
Me pregunté porqué me gustaba tanto, porqué me provocaba esa escritura en donde la vida parece una excusa de la literatura. Entonces fue cuando dejé de leer y fui a hacer un recado. Me descubrí conduciendo rápidamente para volver lo antes posible a estar con ese texto, como si hubiera estado en plena tertulia con una amiga y se nos hubiera acabado el vino y hubiera salido corriendo a la gasolinera a por una botella. Y entonces sentí que la manera en que Bolaño explicaba esas vidas era como encontrarse con un moribundo en su lecho de muerte que se despide del mundo con el relato comprimido de su vida, sabiendo que su vida fue mucho más que eso, que no puede transmitir sus ilusiones, alegrías, pesares ni deseos, que no hay manera de poner en una hoja en blanco nada de lo vivido si no es una metáfora o un poema que nadie podrá leer de manera unívoca y lineal. Y que él no es un poeta sino un hombre viejo y cansado a punto de morir, y no tiene tiempo ni talento para metáforas ni para poesías, que sólo le queda escoger las vivencias más nítidas en su memoria, las que más impresionen a su oyente, las más fáciles de explicar, y aferrarse a ellas como si hubieran sido su vida. A pesar de eso, el relato como despedida encierra una verdad: el orgullo de haber vivido y la necesidad de comunicarlo.

Bolaño teje esta suerte de confesiones finales con un lenguaje, una manera de narrar que me hizo sentir el ritmo que sus personajes imprimieron a sus vidas, la música que tejieron hasta su muerte, la cadencia de sus vivencias. Y allí se escondía otra verdad: es muy fácil decir una cosa por otra, no lo es tanto cambiar el ritmo en el que se vive, porque no hay mentira capaz de alterar la música que creamos con nuestras decisiones. La mentira y la traición no nos hacen inmortales, sino despreciables. Por eso me gustaba: es tan difícil encontrar una verdad en la inmediatez,  la urgencia y la fragmentación en que vivimos... Todo es susceptible de transformarse en noticia, todo es información, todo es novedoso. Sin embargo, al final del día -o de la vida- poco recordamos, poco es importante, casi nada es narrable. Lo único verdadero en ese cansancio reconfortante del atardecer es la sensación de haber vivido, la canción que fuimos entonando durante esas horas y que da sentido a la vida.

Bolaño me mostró la otra cara de la mentira, la traición y la deshonestidad, como si fueran notas que ensucian el pentagrama, ritmos alterados, sonidos que pringan el silencio hasta hacerlo insoportable. ¿Qué explicará en sus últimas horas un moribundo que ha vivido engañando a sus congéneres? ¿Recordará los argumentos, los adjetivos, las diatribas? ¿O sólo tendrá silencio para compartir, un silencio que aturdirá sus neuronas cansadas como un jolgorio de fanfarrias?

lunes, 11 de abril de 2011

Física, virtualidad y langostas para la cena

Desaparezco de la red durante un tiempo que fuera de la red se mide en días. Reclamo, ausencia, extrañeza, abandono. ¿Dónde te metes? ¿Qué haces? Te abandonamos, ya no dices nada. ¿No hay nada que te importe?, oigo al despertar. Paso, salgo al patio. Hablo, río, respiro. Lejos de Fukushima, de la represión policial, del desasosiego novedosamente cotidiano. Me abandono a la fantasía de que este patio, esa risa, esa conversación, son reales. El resto no me toca. Sueño de ojos abiertos.
Por la noche me asaltan otros sueños. Una mano bien fuerte me coge la entrepierna. La miro y es de metal, una mano robótica. Fría y poderosa. Luego envío un twit del estilo "qué está pasando aquí?! ¡Tenemos que hacer algo!". Recibe 76 retweets. Me detengo ante un avatar que es un río de montaña, fluye tanto que el agua desborda la pantalla. Su twit dice: "Esto es lo que necesitaba leer: una llamada a la acción. ¡Y tengo una buena idea! escríbeme!". Grito, intento despertarme. Pero el cuerpo no quiere volver a esta estúpida fantasía del no-pasa-nada. Prefiere seguir en la red.

El golpe seco de una puerta cerrada por el viento me hace abrir los ojos. Es tarde ya, pero estoy casi tan cansada como cuando me dormí. Tanto trajinar por esos mundos añorados me ha dejado exhausta.

De vez en cuando juego a no ser más que humana, pero siempre acabo rindiéndome a la evidencia de que eso es pura fantasía. Así que aquí estoy pues...

Para empezar, este jueves presento Autopsia de una langosta en la biblioteca de Vallvidrera, un lugar para mí entrañable donde visité por primera vez el I Ching con la ayuda de unas vistas magníficas al Collserola.



Mi única presentación en Barcelona me resultó triste y decepcionante. Hasta tal punto que un momento no sabía qué decía ni a quién. Espero que esta vez mi barrio me dé el cobijo necesario para sentirme un poco más en casa.

viernes, 8 de abril de 2011

Fukushima desde las ventanas del Manifiesto Cyborg

artículo sobre el Manifiesto cyborg de Donna Haraway que escribí para el periódico Diagonal.



Escena de Blade Runner en la que la replicante Rachel dice a un joven Harrison Ford: "¿Está investigando si soy una replicante o una lesbiana, Mr. Decker?
 
En el apogeo de la Guerra de las Galaxias propiciada por Reagan, la bióloga Donna Haraway lanzó al mundo la esperanza por un feminismo posthumanista capaz de generar retóricas para la comprensión del espaciotiempo llamado tecnociencia. En medio del fragor de los misiles, Haraway apelaba a una figura hija del militarismo, el capitalismo patriarcal, el socialismo de Estado y la ciencia ficción para proponer un tipo de pensamiento que calificó como situado, distribuido y global. Esa descendencia bastarda no era otra que el cyborg. Como el monstruo creado y repudiado por Frankenstein, el cyborg de finales del siglo XX venía a discutir certezas, borrar fronteras y contaminar las categorías binarias sobre las que se basan la vida y la muerte en el planeta. Debemos abandonar las dicotomías a través de las que miramos el mundo –física y virtualidad, naturaleza y cultura, máquina y organismo, animales y humanos– porque ya no están allí para salvarnos, decía Haraway. Ya no podemos distinguir los límites entre unas y otras porque han desaparecido en el agujero negro de su propia implosión. Desmontaba así la ilusión del Uno que nos aboca irremediablemente a una lógica apocalíptica contra el otro, con una retórica enrevesada que ponía a conversar de manera blasfema a Marx y Bruno Latour con escritoras del minusvalorado género de la ciencia ficción feminista.
Ya entrado el siglo XXI, la criatura híbrida reclamada por Haraway sigue interpelándonos. A pesar de haberla replicado hasta la saciedad en androides sentimentales y humanos pluripotenciados y de habernos dejado seducir por un horizonte de múltiples identidades fragmentadas, la lógica de la guerra y el relato apocalíptico –con salvador incluido– siguen siendo las gafas con las que miramos el mundo.
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viernes, 1 de abril de 2011

sábado 2 abril 18.00h




Ana Elena Pena + Helena Torres Sbarbati
Hago pompas con saliva + Autopsia de una langosta

 
 
Hay algo de escatología, de superación, de enfermedad, de obscenidad y de riesgo, en absoluto amateur, en los trabajos de estas dos jóvenes autoras. Que el libro de Ana Elena Pena vaya prologado por Jordi Costa, ya nos dice mucho sobre la condición pseudoaberrante y outsider del contenido de esta estudiante de Bellas Artes, que pasa de la ultraviolencia a la ultrasensibilidad consciente con desgarro y ternura de su yo y de su representación, ilustrada, poetizada y narrada, en estas estupendas páginas de Hago pompas con saliva. Si el título te parece interesante, cuando no, curioso, espérate a llegar a Autopsia de una langosta y encontrarte con Helena Torres Sbarbati y la riqueza icónica que desprende su literatura, también preñada de existencialismo, filosofía, líria y arte de libertad entre la autobiografía y la autoficción.